Hoy quiero hablarte sobre cómo lograr equilibrio personal mediante la combinación de tres variables precisas que te permitirán avanzar de manera más efectiva hacia el logro de tus metas y elevar tu productividad personal. ¡Acompáñame!
Renuncia a la idea de perfección absoluta
Una de las primeras cosas que hay que mencionar es que el equilibrio personal no es una meta estática, sino un proceso continuo de construcción y redefinición. La vida no sigue un único curso, y en su constante movimiento, cambio y variación, se presentan oportunidades para experimentar la sensación de equilibrio. Este equilibrio está lejos de ser un estado de perfección alcanzado una vez y mantenido para siempre. Se requiere un compromiso constante para trabajar y fortalecer nuestro propio equilibrio día a día.
El diccionario de la lengua española nos proporciona dos acepciones principales para comprender mejor esta experiencia interna: a) contrapeso, contrarresto o armonía entre cosas diversas; b) ecuanimidad, mesura y sensatez en los actos y en los juicios.
Alcanzar el equilibrio personal que nos impulsa hacia objetivos y metas implica trabajar en la armonía de los distintos ámbitos de nuestra vida y reflexionar sobre nuestras acciones, palabras y emociones.
Desde hace algunos años conozco, releo y aprovecho el gran texto del Dr. Steel, "Procrastinación: por qué posponemos lo que podemos hacer hoy". Estas reflexiones me han llevado a pensar constantemente, ya que encuentro en la procrastinación esa tendencia a distraer la mente y ocuparse en mil cosas antes de lograr lo que realmente debemos hacer en la vida y en nuestra conducta.
El texto revela la "ecuación de la procrastinación", donde se destacan tres variables. Estas variables son constantes en su aparición, pero varían dependiendo de las diferencias en las personas y sus características individuales. En esta ecuación, se identifican tres componentes que considero pueden ser clave para alcanzar nuestro equilibrio y dejar de postergar lo que necesitamos, e incluso debemos, realizar.
Identifica cómo las tres variables influyen en tu equilibrio y productividad personal
A. Las expectativas
El principal obstáculo a superar es la confianza en uno mismo. Aquellas personas con una menor confianza en sus habilidades y en la posibilidad de éxito tendrán más dificultades para alcanzar el equilibrio necesario para crecer y podrían verse tentadas a postergar la transformación de sus pensamientos en acciones.
Gran parte de esta baja autoconfianza se ha arraigado, a menudo sin percatarnos, en errores o fracasos pasados. Estos errores han establecido inadvertidamente un patrón de no logro en nuestras metas y objetivos, generando así una tendencia a romper el equilibrio que nos impulsa hacia adelante.
Es como si encadenáramos nuestras aspiraciones, limitándolas con experiencias negativas que les impiden ver la luz. Para desarmar este "enemigo" del equilibrio, algunas preguntas pueden orientarte:
- ¿Cuáles son tus expectativas de ti mismo y de los demás?
- ¿Cómo puedes extraer constancia y perseverancia de intentos fallidos?
- ¿Qué lecciones te han dejado tus errores? No ha resultado como esperabas, ¿entonces, qué sigue?
B. Tus valoraciones
Aquello que no nos gusta interrumpe nuestro equilibrio, ya que anhelamos que todo sea siempre placentero. En muchas ocasiones, tendremos que confrontar este esquema en nuestra vida.
Si el equilibrio implica contrapeso, es evidente que no todo en la vida puede ser agradable. Enfermedad y la medicación necesaria (a menudo desagradable) son ejemplos de cómo, para lograr un equilibrio, incluso en términos de salud, es esencial renunciar al placer como norma suprema.
Postergamos lo desagradable y descuidamos lo que consideramos "trabajoso". Adoptar el compromiso del equilibrio personal requerirá valorar lo que inicialmente no parece valioso según nuestra percepción.
Atreverse a encontrar significado en lo que percibimos como despreciable es un camino hacia el crecimiento personal, no asociado al masoquismo o la terquedad, sino a la disposición para aceptar malos momentos como parte integral del viaje hacia la plenitud.
Preguntas que podrían ser de ayuda para ti:
- ¿Cómo podrías encontrar atractivo en lo que parece insípido?
- ¿Qué beneficios en términos de crecimiento personal conllevaría asumir como parte del proceso momentos no placenteros?
- ¿Cómo podrías apoyarte para tener una mayor disposición a resistir lo desagradable?
C. El manejo del tiempo
El equilibrio personal, que permite avanzar y dejar de postergar cosas, metas o situaciones en la vida, está vinculado a la gestión del tiempo y a la priorización de lo que es esencial y relevante para uno mismo.
La capacidad para administrar eficazmente objetivos y tareas dentro del tiempo disponible es crucial para aprovechar al máximo los momentos y trabajar en pro del equilibrio personal.
Es importante tener en cuenta que para optimizar el uso del tiempo, es necesario controlar nuestra inclinación natural hacia la impulsividad. A mayor impulsividad, menor será el equilibrio y mayor la distracción.
Con el fin de alcanzar equilibrio en esta área y evitar la persistencia de la procrastinación, es útil considerar las siguientes preguntas:
- ¿Qué consideras prioritario en términos de gestión del tiempo?
- ¿Planificas tus días y semanas de antemano o simplemente reaccionas a lo que sucede?
- ¿Sigues algún ritual o una serie de pasos definidos para orientar tus actividades diarias?
- ¿Has identificado la diversidad de momentos que existen en tu vida?
Conclusión
Comprender la interrelación entre estas tres variables, incluso encontrar armonía entre ellas, nos capacitará para lograr un equilibrio personal más alineado con nuestro crecimiento y desarrollo. Además, no me refiero únicamente al aspecto personal, sino también al terreno profesional, ya que el crecimiento en lo personal conlleva a menudo un desarrollo en el ámbito laboral. Es necesario, como dice un buen amigo y maestro, “tomar consciencia y hacerse cargo”.
¡Nos leemos pronto!