¿Es posible guiar sin protagonizar?

De la cultura del gurú a la cultura del profesional en liderazgo y acompañamiento

Contexto

Hoy en día, al explorar redes y espacios profesionales, encontramos temas comunes como liderazgo, comunicación, trabajo en equipo, motivación, mejora continua, eficacia y eficiencia, que se vuelven “talismanes” de venta y escaparates para dar sentido al ámbito del desarrollo profesional y organizacional.

Esto no implica necesariamente una señal de alerta, pero es fundamental estar atentos, ya que la “cultura del gurú” puede aparecer y obstaculizar proyectos, iniciativas y oportunidades.

Por “gurú” me refiero a ese líder que, efectivo o no en el corto plazo, busca ser el centro alrededor del cual todo gira, destacando su capacidad y competencia. Este líder se esfuerza por tomar todas las decisiones, realizar todas las acciones y hasta completar las tareas de otros, opacando al equipo. No delega, no empodera ni fomenta el crecimiento de su equipo; centraliza el poder y se presenta como indispensable.

En el ámbito del acompañamiento personal, el “gurú” es el aparente experto que se convierte en protagonista del proceso de ayuda, dejando entrever con sus acciones que es él quien da valor y dignidad a la persona a la que acompaña. Parece transmitir: “Mis clientes y proyectos valen porque estoy en ellos; si me retiro, pierden significado”.

Tanto en liderazgo como en acompañamiento, el gurú cree firmemente que él es el “valor agregado”.