






Muy agradecido por la invitación que me hiciera la Diócesis de Cuernavaca, me trasladé este sábado 08 de junio para participar como ponente en el Tercer Encuentro Diocesano de Familia.
Me solicitaron una intervención que fusionara las ideas fuerza de la Logoterapia, como la mejor escuela de pensamiento sobre el sentido de la vida, con la oportunidad de encuentro que significa la familia.
Comparto las conclusiones principales y el material de trabajo con mis suscriptores.
¿De qué hablé hoy?
Ideas fuerza sobre Logoterapia
La logoterapia, desarrollada por Viktor Frankl, resalta que la búsqueda del sentido de la vida es una necesidad primaria para el ser humano. Esta búsqueda no se basa en la búsqueda del placer o la evasión del sufrimiento, sino en encontrar un propósito profundo que pueda ser descubierto y asumido personalmente.
Los agentes de pastoral pueden utilizar los principios de la logoterapia para ayudar a las personas a identificar fuentes de propósito en sus vidas, tales como el trabajo, las relaciones interpersonales y la transformación del sufrimiento en oportunidades para el crecimiento personal.
Este enfoque permite a las personas ser más resilientes y mejorar sus posibilidades de superar las adversidades, basándose en su responsabilidad personal y capacidad de trascendencia.
La actitud de Encuentro
La actitud de encuentro, según Alfonso López Quintás, implica una relación auténtica y profunda entre dos personas, donde cada una reconoce y valora la singularidad y la dignidad del otro.
Este tipo de relación trasciende la mera interacción superficial y se convierte en una conexión genuina que enriquece a ambas partes.
En el contexto pastoral, fomentar una actitud de encuentro significa promover el respeto, la generosidad, el asombro, la responsabilidad y la presencia plena. Estos valores contrarrestan los contravalores de indiferencia, manipulación, cerrazón y falta de compromiso.
Al adoptar una actitud de encuentro, los agentes de pastoral pueden ayudar a las personas a salir de su preocupación y egoísmo para "acoger" al otro, favoreciendo el crecimiento y el enriquecimiento mutuo.
La Familia, comunidad de encuentro y de sentido
La familia es vista como el espacio natural e idóneo para el desarrollo integral de la persona, proporcionando un entorno donde se experimentan las primeras y más profundas relaciones de encuentro.
La familia no solo debe ser un lugar de convivencia, sino una comunidad de sentido donde se promueve la humanización de sus miembros.
Los agentes de pastoral deben ayudar a las familias a fortalecer sus lazos mediante el compromiso, el aprecio, el tiempo compartido y la comunicación efectiva. Es esencial que las familias dediquen tiempo y energía a cultivar relaciones positivas, apoyarse mutuamente en situaciones de emergencia, y mantener un ambiente de respeto y aprecio.
La familia, al ser una escuela de acompañamiento y encuentro, desempeña un papel crucial en la formación de personas capaces de contribuir significativamente a la sociedad.
Descarga aquí la presentación para tu aprovechamiento:
¡Seguimos en comunicación!