He dedicado los últimos años a profundizar en mi práctica y metodología personal, mi aproximación podríamos decir, al coaching. Este 2023, como he señalado en mis redes sociales últimamente, será un año dedicado a explorar e indagar con mayor decisión tanto por las diversas clases que estoy impartiendo como por la senda de profesionalización, a nivel maestría, que estoy por comenzar en abril.
Creo que de lo mucho que he revisado y he leído, y de las conversaciones sobre coaching que he tenido a nivel personal y profesional, es pertinente ahora, en este espacio, explicar con mayor detalle lo que esta técnica o herramienta conversacional puede ofrecernos en la búsqueda concreta de respuestas ante desafíos y retos que la vida nos plantea a cada uno y a todos según su propio camino.
Quisiera compartir ahora tres frutos o resultados concretos de un buen proceso profesional de coaching:
El Coaching, llevado a cabo por un profesional y un cliente consciente y ocupado en mejorar su contexto y su actuar, produce una perspectiva para observar, dialogar e intervenir en la realidad de las personas. Cómo técnica precisa, permite observar las cosas que ocurren y nos afectan desde nuevos ángulos y buscando, en cada uno de ellos, el sentido que pueda conectar con una finalidad específica (más allá de solo lograr retos concretos en el corto plazo). Abrir nuevos balcones, ventanas y puertas en nuestra percepción y comprensión de nosotros y de lo que nos rodea es un resultado directo de un buen proceso de Coaching.
En sí mismo, el Coaching se apoya en diversas herramientas que buscan la introspección y reflexión personal del cliente respecto un reto concreto o problema específico. Las herramientas que la técnica utiliza no son dogmas de fe, ni condiciones sine qua non de un extraño ritual a cumplir por ambas partes. Son, y espero no contravenir a los expertos, un mero pretexto para iniciar y apoyar la conversación entre Coach y Cliente. La técnica de conversación, donde uno escucha con plena disposición y el otro escucha lo que ocurre cuando es capaz de transformar en palabras su pensamientos, emociones, sentimientos y creencias, es de suyo la verdadera herramienta del proceso. Generar y practicar habilidades y capacidades comunicativas, brinda una herramienta personal de gran calado. Los diálogos internos que siempre ocurren, tanto en uno como en otro, una vez que se acude a un proceso de Coaching, pueden ser aprovechados del mejor modo. El Coaching brinda una poderosa herramienta para el autoconocimiento personal.
Participar en un proceso de Coaching implica estar dispuesto a vivir, junto con el apoyo y compañía del Coach, un viaje hacia dentro de nosotros mismos. No es solo interiorizar, sino que implica ser consciente de los recursos internos con los que uno cuenta para poder enfrentar aquellos desafíos que nuestra realidad en el momento que vivimos nos presenta. Pero no debe vivirse esta posibilidad solo para empoderarse sin tener en cuenta, de manera clara, las relaciones interpersonales que nos rodean y nos ayudan a dar una respuesta a las preguntas más importantes de nuestra vida. El viaje interior no tiene sentido si no produce un viaje de encuentro que nos permita ver de renovada y auténtica manera a quienes nos rodean. El Coaching permite modelar y trabajar un auténtico encuentro interpersonal. La invitación es que ese fruto, esa posibilidad de conectar con otra persona que, escuchando, se compromete con mi esfera de responsabilidad, pueda ser una nueva manera de encontrar lo que los demás tienen por brindarnos.
Seguimos en comunicación pronto.
¡Hasta pronto y hasta siempre!