Comienzo ahora al retomar estas letras con una síntesis de aquellos aspectos, en diversos modelos de #Coaching, que pueden enriquecer la referencia de la propia práctica profesional.
¡Espero sea de provecho!
Coaching Coactivo
Kimsey-House, et. al.
Pilares del coaching coactivo:
Las personas, por naturaleza, son creativas, completas y están llenas de recursos: Postura que adopta el modelo, manera de posicionarnos ante el cliente (perspectiva). Cuando nos posicionamos defendiendo con fuerza la creatividad y los recursos que por naturaleza son inherentes a la otra persona, nos convertimos en adalides suyos, no en preocupados protectores que le llevan de la mano. Como coaches cuando partimos de la base de la creatividad y de la existencia de múltiples recursos, pasamos a ser curiosos, a estar abiertos a todas las posibilidades, a descubrir con el coachee en lugar de dictarle.
Centrarse en la totalidad de la persona: Cuando el coach está sentado frente a su coachee (incluso por teléfono), el coach no está sentado frente a un problema que hay que resolver; el coach está sentado frente a una persona. Esa persona tiene un problema que resolver: un cambio que hacer, un sueño que cumplir, una tarea que realizar, un objetivo que alcanzar. Todo eso es cierto. Pero esa persona es más que el problema en cuestión, o que el objetivo, el sueño y la tarea. Es una persona plena: corazón, mente, cuerpo y espíritu. Y el tema, cualquiera que éste sea, no está claramente delimitado. Está inexorablemente entrelazado con toda la vida del coachee. No estamos sugiriendo que el coach se centre en hacerle coaching al corazón, a la mente, al cuerpo y al espíritu de manera independiente, sino que un coach o cualquier persona que mantenga una conversación co-activa debería sintonizar con las influencias que existen en cada una de estas diferentes dimensiones.
Danzar en este momento: Para el coach, la conversación se convierte en un ejercicio que consiste en escuchar atentamente a muchos niveles y, por supuesto, en optar por reaccionar, por intervenir. La información acerca de lo que decir o preguntar no procede de un guión establecido. Surge en el momento, en este momento, y luego en el siguiente momento. Es estar muy presente a lo que está sucediendo ahora mismo y reaccionar ante este estímulo más que seguir un plan maestro. Significa responder desde una esencia co-activa, que significa a la vez “co”, de colaborativa, y “activa”, de hacer que la danza siga.
Suscitar transformación: El objetivo del coaching en una sesión puede aportar claridad y acción en torno a un proyecto. La motivación que ha llevado al coaching podría ser un nuevo trabajo o un ascenso, mejorar la forma física o ejecutar un plan de empresa.De hecho es posible que el coachee solo le esté prestando atención a ese objetivo específico de ese tema específico. Por su parte el coach ve el árbol y una vida más amplia, plenamente conectada. La acción en cuestión es un medio que lleva a un fin más elevado, una vida plenamente vivida en cualquier ámbito que el coachee considere importante. Hay un anhelo de lo mejor, del potencial pleno que el coachee puede experimentar. Hay un cambio desde la satisfacción del “aaah” hasta la rompedora consciencia del “¡ajá!”- una nueva fuerza, una capacidad renovada -, que es como encontrar unos músculos que no sabía que tenía o que había olvidado que tenia. Y parte de ese ¡ajá! - la consciencia más profunda de algo- es saber que el coachee tiene una capacidad ampliada de alcanzar ese potencial. Lo que ha aprendido de esta experiencia particular lo aplicará de forma natural a otras.
Contextos del coaching coactivo:
Escucha: Radica en escuchar el significado que hay detrás de la historia, el proceso subyacente, el tema que permitirá profundizar en el aprendizaje. El coach escucha atento a la aparición de la visión, los valores y el propósito del cliente. También escucha prestando atención a las resistencias, los temores, las reincidencias, y a la voz del saboteador, que se hace presente para poner objeciones a los cambios, para señalar los puntos débiles del cliente y para listar todas las razones por las cuales una determinada idea, cualquiera que esta sea, no dará resultado. El coach escucha a muchos niveles simultáneamente para oír si el cliente está en su proceso, en qué aspectos está en desequilibrio y su progreso en su travesía hacia la plenitud. El coach también escucha para percibir los matices de duda, el tono agrio de algo que no es totalmente cierto.
Intuición: Escuchando por debajo de la superficie, el coach el encuentra el lugar en el que se fusionan los datos duros con los datos blandos. La intuición es una especie de saber que reside en segundo término y que a menudo no se expresa. Permanece en segundo término, porque, para mucha gente, no es fácil confiar en ella. Nuestra cultura no considera que la intuición sea un medio fiable para sacar conclusiones ni para tomar decisiones, y, por ello, vacilamos a la hora de expresar lo que nuestra intuición nos dice. Nos contenemos porque no queremos parecer tontos. Y, sin embargo, es uno de los dones más poderosos que el coach aporta al coaching. Como coaches, recibimos una gran cantidad de información del cliente y luego, en el momento del coaching, la combinamos con información previa así como con nuestra experiencia, no solo como coaches sino también como personas que están operativas en el mundo. Añadámosle a ese factor otro más: la información que procede de nuestra intuición. El impulso emerge de nuestra intuición. Para la mayoría de los coaches la intuición es una habilidad que requiere práctica y desarrollo. Es enormemente útil porque, una y otra vez, sintetiza más impresiones e información de las que jamás podríamos analizar conscientemente.
Curiosidad: Uno de los principios fundamentales del coaching co-activo es que los clientes son personas capaces y llenas de recursos y que tienen las respuestas. La tarea del coach consiste en hacer las preguntas, en guiar el proceso de descubrimiento. El contexto de la curiosidad confiere cierto marco al proceso de desvelar las respuestas y arrojar luz. La curiosidad es algo abierto, espacioso, que invita, algo con lo que jugar. Y, sin embargo, es al mismo tiempo enormemente poderosa. Igual que la curiosidad científica, que explora las cuestiones más profundas relacionadas con la materia, la vida y el universo, la curiosidad en el coaching permite, tanto al coach como al coachee, adentrarse por las áreas más profundas de la vida de este último, codo con codo, sencillamente mirando, con curiosidad por lo que vayan a encontrar.
Impulsar y profundizar: Los frutos del trabajo que cliente y coach hacen conjuntamente son tanto la acción como el aprendizaje. Estas dos fuerzas, acción y aprendizaje, se combinan para crear el cambio. La acción impulsa para dar esta idea de ir hacia adelante y decimos que uno de los propósitos del coaching es “impulsar la acción” del cliente. Aprender no es un mero producto colateral de la acción; es una fuerza igual y complementaria. El aprendizaje genera nueva capacidad para tener recursos y mayores posibilidades al tiempo que fortalece los músculos que actúan en el cambio. El coaching no consiste solo en conseguir que se hagan las cosas; consiste, en la misma medida que lo anterior, en seguir aprendiendo, particularmente de qué manera está o no contribuyendo la acción a los principios nucleares.
Autogestión: Para sostener de verdad la agenda del cliente, el coach debe apartarse, cosa que no siempre resulta fácil. La autogestión es la capacidad del coach de dejar a un lado sus opiniones personales, sus preferencias, su orgullo, su tendencia a ponerse a la defensiva, su ego. El coach debe estar “al otro lado”, del lado del cliente, con él, inmerso en la situación y en la pelea del cliente, no “de este lado”, gestionando sus propios juicios y pensamientos. La autogestión supone renunciar a la necesidad de quedar bien y de tener razón; la luz debería alumbrar al coachee, no al coach. La autogestión tiene que ver con la consciencia del impacto que tenemos. En el transcurso de una relación de coaching, los coachees también aprenden cómo aplicar la autogestión en sus propias vidas. Experimentan con ese modelo delante y desarrollan su propia consciencia de su impacto.
¡Nos leemos pronto! ¡Hasta pronto y hasta siempre!