Algo por decir sobre liderazgo y servicio
Debo decirte algo importante. Y lo que tengo por decir hoy surge de mi pleno convencimiento. ¿Te ha pasado alguna vez algo así? ¿Alguna ocasión en la que consideres que con certeza sabes algo que podría marcar la diferencia para tu propia vida y para la de las personas que te rodean?
Y si lo pienso un minuto, mi idea pudiera ser considerada una verdad de Perogrullo; aún así, debo decirte que en una época como la nuestra es importante reiterarlo las veces que sea necesario. Así que no queda otro remedio que dejarlo salir.
Ahí va:
Es urgente en nuestro tiempo, como lo han demostrado los últimos años, que dentro de los grupos humanos, organizaciones e instituciones, tengamos presente la radical importancia de las personas, su identidad, realidad y circunstancia, para el logro adecuado de cualquier tipo de objetivo, meta o proyecto. Estamos llamados a servir, más que a dominar.
Ahora, quisiera aportar cómo poder lograrlo aportando algunas intuiciones a favor del desarrollo de tu liderazgo.
Algunas ideas
He mencionado antes algunas ideas y aportaciones en ese sentido desde la óptica del liderazgo tanto en mis clases, como en seminarios, conferencias y talleres sobre este tema. Es para mi un asunto sumamente relevante. Hoy, ya que me has dado generosamente la oportunidad de repetirlo, quiero profundizar un poco más con las siguientes precisiones, a modo de frases cortas que puedan apoyar tu propia reflexión:
Liderear no es servirse de otros, debe ser una habilidad para servir a la persona y así, del mejor modo posible, alcanzar y desarrollar más y mejores proyectos.
Liderear desde el servicio implica asumir una cruzada por el propio desarrollo personal. Si el líder mejora en cuanto persona, debe ayudar a la mejora de los que tiene a cargo, pues de esta forma se alcanzan mejores resultados.
El servicio, como expresión del propio liderazgo orientado a los demás, involucra ubicar en justo medio las fortalezas como método de aprovechamiento de las debilidades personales y organizacionales.
Un líder que sirve a sus colaboradores, y a las metas y proyectos organizacionales, entiende mejor su papel como facilitador de procesos que como piedra angular de los mismos.
Un equipo que es servido adecuadamente, desde el liderazgo de quien ejerce la autoridad, puede alcanzar más rápidamente su potencial y elevar así su rendimiento.
Una política de liderazgo como servicio, que he indicado como Liderazgo Transformador, es una urgencia inmediata para las organizaciones, gobiernos, empresas o instituciones, que deseen responder adecuadamente a los desafíos de esta época que ha puesto, como nunca antes, el acento en lo personal.
¿Cómo cambiar la perspectiva?
La verdad es que no hay una sola ruta, y que en en este ámbito, como en muchas otras cosas, la experiencia y convicción será decisiva para aterrizar este planteamiento en el día a día.
Tu intuición puede ser más creativa que cualquier receta y por ello, quiero invitarte hoy, por lo menos, a que consideres lo que podría pasar en tu organización, y sobre todo en tu liderazgo, si decides cambiar y mejorar tu influencia favoreciendo esta lógica de disponerte a las personas antes que a los resultados.
Algunos tips
Puedo decirte, por si fuera de utilidad, que lo que a mí me ha funcionado mejor al momento es:
Dedicar más tiempo a escuchar a las personas que a darles instrucciones, inclusive preguntándoles abiertamente qué consideran ellas que podría hacer la diferencia en lo que debe hacerse.
Apreciar la perspectiva de otros, sobre todo, de quienes ejecutan tareas para encontrar valor en su perspectiva y opinión frente a los retos del equipo y/o de los proyectos.
Reconocer la aportación y colaboración de las personas a mi cargo de forma pública cuando es prudente, adecuado y necesario hacerlo.
Procurar, en la medida de las posibilidades, resolver las necesidades y favorecer las herramientas profesionales que sean requeridas para un óptimo desempeño por parte del equipo de trabajo.
No dejar tu desarrollo personal, y mi compromiso por metas personales y profesionales, a un lado. Mostrar con el ejemplo que puede alcanzarse aquello que se desea y es conveniente para el crecimiento personal.
Generar opciones de actualización, capacitación y/o formación profesional y humana como medio para la realización de nuevos proyectos.
Trabajar desde la confianza y la retroalimentación sincera, diciendo en ocasiones cosas que pudieran representar molestia o desazón de inicio, pero buscando siempre el diálogo consensuado que, poniendo el acento en lo importante, nos permita un cambio positivo de conducta. Tanto en el líder, como en los miembros del equipo o bien, del equipo en sí mismo considerado.
Con estas ideas en la mente y en el corazón nos despedimos en esta ocasión. ¡Hasta pronto!